Llega el día de Todos los Santos y ya se percibe en el cementerio un ir y venir de gentes, aunque esta vez de una forma más escalonada, debido a la situación actual. Unas limpiando sepulturas y panteones, otras colocando flores para que se vean bonitas las lápidas, los mas creyentes rezando sus oraciones por los que se fueron.
Vamos a relatar pequeñas curiosidades del lugar donde descansan nuestros antepasados. El cementerio se comenzó a construir en octubre de 1924, el anterior, se había quedado pequeño y no reunía las condiciones necesarias, se encontraba ubicado al lado de una reducida llanura que está situada en frente de la zona del castillo, tal como indicamos en una de las fotos. Terminadas las obras del recinto, en febrero de 1927, llegaron donaciones de dos vecinos, que consistían, en unas andas a fin de realizar fácil la conducción de los cadáveres y 25 pesetas destinadas a la compra de una cruz destinada a la capilla del camposanto. En el mes de marzo de ese año, el Ayuntamiento acordó plantar treinta cipreses para adornar los paseos del mismo. En 1929, según consta en la entrada, Juan Sobrón elaboró un bonito forjado en la puerta de acceso. (Datos sacados de Crónicas de Baños de Río Tobía en los años 20 de Jerónimo Jiménez).