La curiosa denominación de la calle “Ballestería”

De donde viene la denominación de la calle Ballestería siempre ha sido una incógnita, la primera vez que aparece documentada es en el Libro I de Bautizados, el 12 de diciembre de 1608, de una niña que se le puso el nombre de Magdalena.

El origen del nombre de la calle Ballestería, según nuestro paisano Miguel González Garnica, en su libro “Historia de Baños de Río Tobía, desde la prehistoria hasta el reinado de los Reyes Católicos”, tiene distintas versiones:

“La primera versión, el nombre pudo tener su origen en un enfrentamiento entre los partidarios de Don Enrique y los de don Pedro, después de la cruenta batalla de Nájera. Al llegar a Baños huyendo de los vencedores, los seguidores de Don Enrique, antes de abandonar la vía que los conducía por Certum a Soria, prefirieron tomar el camino de nuestro pueblo, cruzaba el Najerilla y los llevaba por Anguiano, las Viniegras y Montenegro a tierras sorianas. La nominación de la calle evidenciaría un momento en la estrategia de la huida planeada, seguramente, por los Zúñiga, expertos en el conocimiento de aquellas montañas”.

“Otro posible origen del nombre de la calle, es que existiera en el pueblo alguna de aquellas Cofradías de Ballesteros, tipo la de Ábalos o la de los Sesenta Ballesteros de Calahorra de 1418, instituidas para perseguir a las bandas de malhechores, que merodeaban entre las fronteras de Navarra y La Rioja y se refugiaban en la abundante maleza y vegetación boscosa de las orillas de los ríos o en las abruptas montañas de la Sonsierra y de los Cameros. Eran los Zúñiga, señores de Nieva, en la Sierra Camerana, de Baños. Bañuelos, Arenzana de Abajo y Bobadilla y bien pudieron verse estos pueblos afectados por el problema, situando por esta causa en la villa, como solución, una cofradía con sede en la arteria que recibiría de ellos la denominación de Ballestería”.

“Finalmente, puede deberse la denominación de la calle a que hubiera en ella talleres de ballestas. Los callejeros de algunos pueblos abundan en ejemplos de cómo un hospital, un horno, una carnicería o una herrería dan nombre a la arteria en que se encuentran. Resulta extraño que, teniendo el origen del apelativo de la vía en un taller de ballestas, no aparezcan indicios del oficio de ballestero en los libros parroquiales, aunque los mismos comienzan en el año 1573 estos bien pudieron desaparecer con la llegada, a finales del siglo XIII de las armas de fuego”.

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