La segunda crónica va dedicada a una construcción, que ha formado parte no solo de la vida de los bañejos sino de todos los habitantes que moran en esta zona de la comarca de Nájera, nos referimos al puente Arenzana, que en los últimos meses ha sido noticia por el desplome de la vieja pasarela metálica, debido a su falta de mantenimiento.
Construido sobre el río Najerilla por los ingenieros Pagola y Palomo, inaugurado en 1925, formaba parte de la antigua carretera que conducía hacia el valle del Cárdenas y a la sierra a través de Baños, antes de su inauguración en dicho año, tiene de una larga historia y vamos a desgranar una pequeña porción de ella.
Vamos a retroceder a principios del siglo XX, exactamente a las cuatro y cuarto de la madrugada del 30 de agosto de 1904, momento en que se produjo un fuego sobre el armazón del dicho puente, aunque acudieron varias personas, que se encontraban en una caseta cercana, no pudieron ejecutar nada ya que las llamas se extendieron rápidamente, envolviendo toda la estructura de madera que se encontraba reseca por falta de mantenimiento.
A partir de ese momento, hasta la fecha de la inauguración que hemos señalado antes, comenzó un verdadero calvario. Llego el invierno de dicho año, parte de la comarca incomunicada y no se había hecho ninguna obra para mejorar el paso de los numerosos carruajes, que transitaban por la zona. Un accidente del coche correo hizo que se construyera un puente de tabla provisional, pero a la primera de cambio una pequeña crecida del río, a mediados de enero de 1905, originó que se llevara una porción del mismo y un segundo desbordamiento, a mitad de marzo, por el deshielo, terminó llevándoselo todo.
En marzo de 1906 se da por terminada la construcción, se pudo emprender el transito de carruajes. Pero el Najerilla provocó una de la suyas y una nueva riada, a principios de noviembre de dicho año, hizo que se llevara uno de los terraplenes, colocados para la sujeción de la plataforma metálica y vuelta a comenzar la obra, con el calvario que suponían los inviernos, hasta que fue inaugurado diecinueve años después.