Una imagen en el recuerdo de nuestro amigo Pedro Rosales, que será muy difícil de olvidar, es esta del día en que canto misa por primera vez. Desde aquel momento ha ejercido en distintas localidades de La Rioja como Anguiano, Pedroso, Haro y Lardero, lugares donde se ha ganado la admiración de la mayoría de sus feligreses, por su intensa labor pastoral con las personas necesitadas, no solo en su entorno más próximo, también más allá de su ámbito local.
Preside la ONG Kaipacha Inti, que desde hace 20 años desarrolla actividades solidarias en Perú y que en los últimos tiempos ha comenzado a desarrollar proyectos en África. Terminamos el artículo, dedicado a este gran bañejo, diciendo que a Pedro no se le puede negar que es cura y de pueblo, pero sobre todo podemos decir que es un hombre básicamente bueno.
