Los años de 1978 y 1979 fueron esenciales para las reivindicaciones riojanas, en este periodo de la transición se llevaron a cabo los primeros días de La Rioja en Nájera y Haro con gran éxito de asistencia a los mismos, pero también hubo movimientos reivindicativos, que no han sido suficientemente estudiados, a nivel de asociaciones, medios de comunicación, personas individuales, pueblos riojanos etc.
Y es dentro de este último colectivo, que es el de los pueblos, donde entra Baños de Río Tobia, en los veranos de dichos años tuvieron lugar, en el viejo frontón San Isidro, dos recitales que se convirtieron en manifestaciones reivindicativas de La Rioja como pueblo y región.
El primero se produjo el 15 de julio de 1978 más de 500 personas asistieron, en dicho recinto, a un recital de Carmen Jesús e Iñaki con todos componentes propios del caso como pegatinas con los colores de la que luego paso a ser la cuatricolor o propaganda con elementos reivindicativos del momento, por eso el periódico La Rioja en un reportaje publicado el día 18/07/1978 dedicado al mismo decía “se pudo comprobar que el riojano tiene una identidad propia o al menos un sentimiento de personalidad singular”.
Y de nuevo dicho diario en su primera página de la edición del día siguiente, dedica una editorial al proceso de autonomía de La Rioja y pone como un ejemplo lo ocurrido unos días antes, en el frontón de Baños a partir de un recital de Carmen Jesús e Iñaki.
El segundo fue el verano siguiente exactamente en la fecha del 24 de agosto de 1979, unos días después el mismo periódico se hacía eco, “más de un millar de personas se dieron cita en el recital, que se celebró en Baños con la actuación de Antonieta Larrea y La Bullonera, en el centro del escenario una gran cuatricolor, sobre la que había escrito la palabra AUTONOMÍA, en el recinto muchísimas, portadas por numerosos jóvenes que acudieron que antes habían llenado de color los bares del pueblo, en resumen una verdadera concentración en petición de la autonomía de La Rioja”. Todo esto tuvo muchísimo valor si se tiene en cuenta que el día de la semana fue el viernes, el horario fue pasada la media noche y en aquellos años el sábado era laboral, por lo que se tenía que madrugar.